Cómo nació el club Guillermo Cano: su historia
El 21 de junio de 1937 se colocó la piedra fundamental del complejo habitacional “Casas Colectivas”, construido dentro de la ciudad Capital de Mendoza. Sus viviendas, en propiedad horizontal, fueron destinadas para dar en arriendo como habitación de empleados modestos, obreros, pensionados y jubilados públicos y particulares El complejo habitacional fue inicialmente previsto para albergar entre 3.000 a 4.000 habitantes.
Impensadamente, el 18 de marzo de 1940 llegó a Mendoza un grupo de 102 ex marinos del acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee, otrora buque insignia de la Kriesgmarine de Alemania, marinos que en su gran mayoría fueron “internados” en el Pabellón “G” de las Casas Colectivas, edificación que en ese momento estaba en sus últimos detalles de terminación.
Al poco tiempo, y a fin de conservar su disciplina militar, para hacer ejercicio y deporte, detrás de dicho Pabellón “G”, esos marinos construyeron un campo de deportes, rompiendo piedra, alisando, nivelando y acarreando material de relleno con cuñas, mazas, palas y picos. Después prepararon los arcos de fútbol y marcaron el terreno, armando así la aún recordada “canchita de los alemanes”. El deporte era una de las actividades predilectas de los marineros y jamás disminuyó la intensidad de su práctica, confrontando de manera habitual con equipos integrados por lugareños.
A.R.I.E.L.
En 1947 un grupo de jóvenes residentes del Barrio Cano tuvo la idea de crear un centro con fines culturales. La entidad se denominaría A.R.I.E.L. (título de la célebre obra del escritor uruguayo Enrique Rodó) cuyas iniciales, significarían: A (acción), R (respeto), I (ilustración), E (educación), L (libertad). Entre los objetivos de la entidad se encontraban: crear una biblioteca del barrio, dictar conferencias de difusión cultural, organizar cursos de profilaxis social, organizar cursos de enseñanza de matemáticas, contabilidad, geometría, dibujo, etc., crear un conjunto orquestal, organizar cursos de gimnasia rítmica, organizar cursos de enseñanza de idiomas y de corte y confección; y crear un cuadro de básquetbol para jóvenes del barrio, femenino y masculino.
El 10 de junio de 1951 lo que nació a la realidad fue el Club Social y Deportivo Barrio Cano, cuyo deporte más fuerte fue el básquetbol. En el local de la Escuela República de Chile, sita al ingreso de las Casas Colectivas, se celebró la Asamblea de Vecinos, con la presencia de la Reina del Deporte Srta. Patrazzi, y se eligió por unanimidad la única lista de candidatos, conformada de la siguiente manera: Presidente Julio César Villarino, Vicepresidente Carlos Enrique Puebla, Secretario Oscar G. Casale, Prosecretario Arnaldo D. Moyano, Secretario de Actas Julio E. Wiederhold, Prosecretario de Actas Carlos Eguía Muñoz, Tesorero Cecilio Fernández Alonso, Protesorero Orlando Ochoa, Vocales titulares Manuel Berruezo, Francisco Falcioni, Juan Sazatornill, Juan Simone y Luis Pérez Falsa, Vocales Suplentes Juan Carosio, Carlos Molina, Alejandro Martínez y Hermenegildo Bietti, Revisores de cuentas Alfredo Torres y Enrique López. Los estatutos del club fueron aprobados por asamblea celebrada el 8 de julio de 1951.
La nómina de socios fundadores del club está constituida en su gran mayoría por familias enteras habitantes del Barrio Cano, e incluye a dos ex marinos del Graf Spee, Hugo Oheler y Franz Döring, que después de concluida la guerra retornaron a nuestra provincia para continuar aquí sus vidas y construir sus familias.
La cancha de básquetbol
Los chicos de aquel entonces que jugaban en un “yuyal-basural” que había al oeste del Barrio Cano, fueron desplazados para construir un contrapiso, aprovechando desechos provenientes de la demolición de la Escuela Belgrano.
En ese contrapiso se hacían peñas y los lugareños participaban tocando la guitarra, cantando y bailando. Después sobre ese playón se construyó la cancha de básquetbol. Los moldes matrices para las baldosas de la cancha los hizo Oscar G. Casale; y la luz de la cancha la construyó Ermindo Sochi, con ayuda de Orlando Ochoa, utilizando para ello materiales de desecho (postes de madera, hilos de alta tensión, reflectores de chapa, etc.) provenientes de la Fiesta Provincial de la Vendimia, conseguidos en donación por Carlos Enrique Puebla.
La cancha de fútbol
Aprovechando la famosa “canchita de fútbol de los alemanes” los simpatizantes de este deporte lograron agrandar su extensión. Las medidas del predio fueron copiadas de la cancha vieja de Godoy Cruz. El señor Rosales, capataz de las Casas Colectivas, protestaba porque con la construcción de la cancha de fútbol avanzaron un metro aproximadamente sobre el terreno que era de su propiedad.
Diario La Libertad del domingo 24 de junio de 1951 publicó “Barrio Cano y 4 de Junio no pudieron ganarse en la revancha… al encuentro asistió enorme cantidad de aficionados de ambas barriadas, que alentó constantemente a sus respectivos equipos…”. El equipo de fútbol de Barrio Cano formó así: M. Cabrera; Cabrera y Puebla; Picallo, García y Castro; Sotorres, Widerhold, Bassino, López y Rivas. En el equipo de Barrio Cano se destacó García, convirtiendo dos goles.
La pileta de natación
Lo llamativo es que sobre la “canchita de los alemanes” extendida en su dimensión, después se realizó un foso destinado a la pileta de natación. Por un capricho de las circunstancias, este emprendimiento fue una táctica decidida por los dirigentes de la institución, a fin de poder contrarrestar la intención de construir frente a los pabellones “A” y “K” del Barrio Cano un complejo habitacional para Periodistas. Con acierto pensaron que construyendo un natatorio podían mostrarse los beneficios “sociales” y, de esta manera, lograron mantener unida a la comunidad presionando para que no se construyera dicho complejo destinado a los periodistas.
Para la inauguración de la piscina, se invitó al Gobernador Carlos Evans, a fin de apadrinar el acto del denominado “Natatorio Presidente Perón”. De igual forma, se cursó una conceptuosa carta dirigida al Presidente de la Nación, detallando el estado de las obras. En febrero de 1954, tras arduas y complejas gestiones, se logró la provisión de agua para el recién inaugurado natatorio.
Un hecho llamativo: uno de los instructores de natación para niños que concurrían al Club fue Franz Döring, ex marino del Graf Spee.
Actividades sociales y deportivas
En los inicios de la vida del Club Cano, Mercedes Andina de Bustos dictaba clases de inglés en forma gratuita a niños que concurrían a la institución. A su vez, Guillermo MacKay, campeón de ajedrez, enseñaba gratuitamente el juego a los interesados.
Construida la cancha de básquetbol, el dirigente Orlando Ochoa visitó la Escuela República de Chile, en la que había sido designado como profesor de básquet Ángel Fernández, y le ofreció a la directora del colegio la utilización gratuita de dicha cancha para que los alumnos practicaran este deporte, supervisados por dicho profesor. ¿El resultado de tal ofrecimiento? Se armó el primer equipo de básquetbol femenino del club, que salió campeón de Mendoza en 1955, en el torneo “Evita” auspiciado por la Fundación Eva Perón.
Crisis en el básquetbol local
Iniciado el año 1956 fue intervenida la Federación Mendocina de Básquetbol y ésta, a su vez, intervino la Asociación de Básquetbol Tomás Godoy Cruz, sancionándose a varios dirigentes y árbitros. Con posterioridad a la intervención de la Federación se resolvió la desafiliación de numerosos clubes de los departamentos Guaymallén y Godoy Cruz, determinando que la Asociación Tomás Godoy Cruz sólo tendría jurisdicción en Capital y Las Heras. Con ello, se invitó a todos los clubes desafiliados a constituir su propia asociación. En consecuencia, se creó la Asociación de Básquetbol Manuel Belgrano, con jurisdicción en Godoy Cruz y Guaymallén; mientras que la Asociación Tomás Godoy Cruz cambió de nombre por el de Asociación de Básquetbol Benjamín Matienzo, con jurisdicción en Capital y Las Heras.
En este marco de reestructuración del básquetbol mendocino, el Club Barrio Cano armó por primera vez sus equipos masculinos. El de primera división se nutrió con jugadores provenientes del Club Independiente Rivadavia: Primo Santoni, Enrique Derimeis, Mario Ojeda, Pedro Bátiz, Carlos Ojeda y otros. Asimismo, creó las divisiones de Cadetes Menores y Mayores, con la dirección técnica de Pedro Bátiz, destacándose entre sus jugadores algunos que luego integraron diversas Selecciones representativas de la provincia de Mendoza.
Con todo, la época de más esplendor fue entre los años 1960 y mediados de 1970, pues sus equipos masculinos de básquetbol de cadetes menores, cadetes mayores, reserva y de primera división salieron campeones en varios torneos. Es más, la audacia de los jugadores del primer equipo masculino salteó todos los esquemas, haciendo historia. En esos años era un lujo verlos jugar, no sólo por su nivel basquetbolístico, sino porque fueron identificados por una indumentaria más que particular, transgresora e impactante para la época: camisetas a rayas, medias de distintos colores y los pantalones a lunares; así se presentaba el famoso quinteto de las Casas Colectivas. Las crónicas de la época destacaban: “Lo que llena los ojos es cuando salen a marcar al hombre, ahí se generan las simultáneas y es el espectáculo al que no nos acostumbramos porque la mayoría de los equipos siguen marcando zona”.
El Club Cano, por años, aportó jugadores a las Selecciones Juvenil y Mayor representativas del básquetbol de Mendoza, tal el caso de Jorge A. Becerra, Hugo R. Sochi, José L. Falcioni, Jesús A. Bátiz, Raúl Castromán, Osvaldo Trillo, Ernesto E. Valeros, Juan J. Capello y otros. Es más, el jugador Jorge A. Becerra vistió la camiseta de la Selección Nacional muchas veces, debutando en 1971 para el campeonato Sudamericano realizado en Uruguay; y luego fue presidente del Comité Organizador del Campeonato Mundial de Básquetbol de 1990 realizado en nuestra Argentina.
Asimismo, otras figuras provenientes del Club Cano enriquecieron tan noble deporte, tal el caso del fallecido Prof. Pedro J. Bátiz Senna, que fue Presidente de la Federación de Básquetbol de Mendoza, Vicepresidente de la Confederación Argentina de Básquetbol, y varios años DT de la Selección Nacional Femenina de dicho deporte; el eterno y acreditado dirigente Carlos Ojeda Ferreyra, que actualmente participa en la conducción de la Federación de Básquetbol de la Provincia de Mendoza; el Prof. Francisco Pachy R. Romero destacado entrenador deportivo y técnico de básquetbol, etc.
La comunidad del Club Social y Deportivo Barrio Cano nació básicamente como una necesidad social. En 1951 no había televisión y mucho menos internet, la gente necesitaba un lugar donde encontrarse, donde comunicarse, donde trascender fuera de los ámbitos del trabajo o de la educación formal (escuelas, colegios), y la excusa fue el deporte. Dicho de otra manera, el club era una red social de contención, donde se establecía gran parte de la comunicación de la gente, se discutían y se proyectaba para el club y para afuera de él, era el lugar del primer baile y del primer noviazgo, se formaban las familias que seguían alimentando de asociados al club.
Acerca de lo cultural, si bien eran muchas las actividades que se realizaban, lo que más se recuerda son los bailes –al principio a pura música de Tango, y a partir de la exhibición en Mendoza de la película “Al Compás del Reloj”, hecho ocurrido el 17 de febrero de 1957, se incorporódel rock and roll a fin de atender el creciente entusiasmo de los jóvenes por esta música.
Desde el comienzo, los fundadores del club entendieron la incidencia que las prácticas deportivas tienen sobre los niños y adolescentes, respecto a la construcción de valores.
Los valores que llevaron adelante esos precursores fueron: “Constituir un polo social y cultural; generar un sentido de pertenencia; ser una institución formadora y disfrutar la práctica del deporte”. A la luz de tales valores, el desarrollo logrado por el club fue tan importante que numerosos individuos pertenecientes a esa comunidad trascendieron el plano local y provincial, llegando incluso hasta los planos nacional e internacional.
La fuente (datos históricos y fotos) fue el doctor Hugo Sochi, jugador de Guillermo Cano en la década del 60 y 70. Además Hugo Sochi integró la selección mendocina en torneos Argentinos, como en el año 1975 que se disputó en la provincia de Chubut. Para el, el agradecimiento. |